Miedo a hablar en público
Guiote, J.M. Inspira Psicología (2018)
El miedo a hablar en público (glosofobia), es uno de los miedos más comunes en el adulto, con una frecuencia del 34 % según la estimación de Stein, Walker y Forde (1996). El temor a la evaluación negativa: “ser humillados, avergonzados o rechazados” constituye el núcleo central del problema y es lo que lo distingue de otros tipos de miedos o fobias. También suele conllevar: temor a ser observado, o experimentar un ataque de pánico o crisis de angustia, o manifestar algún síntoma aislado de ansiedad: rubor, sudoración, temblor de manos, voz temblorosa, etc.
El miedo hablar en público es un miedo tan antiguo como la propia humanidad. Sir Robert Burton, en su obra «Anatomía de la melancolía», ya recogía la descripción de un paciente del afamado médico griego Hipócrates (370 AC) al que describía del siguiente modo: “Es más que una timidez, suspicacia o temerosidad. No se atreve a estar con otras personas por el miedo a que va a vocalizar mal o excederse en sus gestos mientras habla, y teme que va a ser deshonrado ante los demás. Piensa que cada persona le observa”.
Algo parecido parecía sucederle a Demóstenes, el gran orador griego también, del que se rumoreaba que caminaba preparando sus discursos con pequeñas piedrecitas en la boca para mejorar su dicción y así evitar equivocarse cuando tenia que hablar en público.
No obstante, no es hasta 1903 cuando en Europa Janet acuña formalmente por primera vez el término: Fobia de las Situaciones Sociales, para describir el temor acusado ante las actuaciones interpersonales o públicas de comunicación (hablar en público, tocar un instrumento, comer, utilizar lavabos comunes, pedir favores, decir no, hacer y recibir una critica, etc.)
Diagnóstico del miedo a hablar en público
Actualmente, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 APA ( Asociación Americana Psiquiatría) viene recogido bajo el epígrafe: Trastorno de Ansiedad Social (300.23 (F40.10), sub-epígrafe «sólo de actuación». Para ser «diagnosticado» es necesario cumplir unos criterios cuantitativos (ansiedad: física-psíquica-cognitiva intensa, y duración superior a 6 meses) y sobretodo cualitativos (evitación e interferencia significativa en la vida social, académica, laboral y/ o personal) entre otros.
Es importante escalar por tanto el miedo, que puede comprender desde la simple activación de la respuesta de estrés, la cual nos dota de recursos excepcionales para afrontar la situación con solvencia, si esta respuesta es moderada, y si se valora que se tienen los recursos para afrontarla, constituyendo por tanto una situación de reto óptimo, hasta una anticipación, paralización o evitación completamente incapacitante para hablar en público.
Es importante constatar si se circunscribe sólo a esa situación, o si por el contrario es un miedo que se generaliza a otras situaciones o interacciones sociales . De la misma forma hay que analizar si la persona cumple criterios además de Trastorno de Personalidad por Evitación y otros trastornos que pudieran explicar mejor la sintomatología.
Adquisición del miedo a hablar en público
Según la Psicología del aprendizaje generalmente se adquiere por una experiencia traumática por condicionamiento directo, o condicionamientos: semántico, simbólico o vicario. Es decir hemos sufrido, nos han contado, o hemos sido testigos o visto alguna filmación donde se tiene la experiencia de ser avergonzado, humillado en público acompañado de gran activación de nuestro Sistema Nervioso Autónomo Simpático y Somático (sudoración, temblor en manos, voz entrecortada, rubor, palpitaciones, boca seca, incontinencia urinaria, etc.)
El inicio suele darse en la adolescencia cuando pasamos a relacionarnos en mayor medida con el grupo de iguales que con la familia. O dicho de otra manera, pasamos de entornos familiares (donde el estatus se presupone asegurado) a entornos no familiares (donde tenemos que asegurar el status y la valía). Este miedo esta relacionado también con pautas de crianza autoritarias (facilitadoras de rigidez) y/ sobreprotectoras ( facilitadoras de evitación) y con la emoción vergüenza como forma de castigo para que los niños aprendan, con ejemplos tales como: «no te da vergüenza comportarte de este modo».
Mantenimiento y curso del miedo a hablar en público
Este temor acusado se mantienen en el tiempo por reforzamiento negativo (desaparece una consecuencia desagradable) ya que se escapa o se evita afrontar la situación de hablar en público. Lo cual a corto plazo supone un alivio inmediato de la ansiedad condicionada, pero a medio y largo plazo supone mantener y acrecentar el problema, dado que la persona no se expone a la situación temida nunca y cuando lo hace es un con un temor acusado: habla rápido, no mira a la audiencia, etc., con la finalidad de escapar cuanto antes de esa experiencia que tanto malestar le provoca (egodistónica).
El curso suele ser crónico, si no se interviene, y dependiente de la situación, ausente cuando no hay que hablar en público y presente cuando hay probabilidad de hacerlo.
Psicología social y el miedo a hablar en público
Ahondando, desde la perspectiva de la Psicología Social, entendemos que esta conectado con la motivaciones o necesidades que propone McClelland y que son: «afiliación» <<todos queremos ser socialmente aceptados>>, «logro» <<queremos hacer las cosas bien y sentirnos auto-realizados>> y a veces, como cuando hablamos en público, sólo tenemos una oportunidad, y con la necesidad de «poder», <<que consiste en la necesidad de persuadir a los demás>>, de la misma forma que ellos influyen en nosotros.
Del mismo modo esta relacionado más que con el perfeccionismo personal (que también), con el perfeccionismo socialmente prescrito (expectativas sobre las normas, valores o comportamientos que creemos que los demás tienen sobre cual debe ser el modo idóneo de comportarnos en público).
Distorsiones cognitivas y sesgo atencional en el miedo a hablar en público
Es interesante subrayar el papel de las distorsiones cognitivas en el mantenimiento del problema: Las más comunes en este esta situación son: catastrofización , pensamiento dicotómico, absolutista o polarizado y adivinación del pensamiento. También es importante resaltar el sesgo atencional que se produce hacia los síntomas autonómicos y somáticos, ya que la persona queda generalmente fusionada con esa experiencia durante la actuación y es necesario dotarla de herramientas de gestión adicionales.
Tratamiento del miedo a hablar en público
De forma puntual pueden prescribirse beta-bloqueantes, administrados 45 min antes de la exposición. Sin embargo, no constituye un tratamiento de elección, ni tampoco bien establecido. A la par que disminuye el lugar de control interno del problema, poniendo este en el medicamento (lugar de control externo) y que podría, si se mantiene en otras ocasiones constituir una habilidad de copping (de afrontamiento) que luego habría que retirar para superar el miedo. Mas allá de esto, aunque los síntomas fisiológicos disminuyen, el miedo sigue latente.
Por lo cual, el tratamiento de elección (tipo I), bien establecido, según la clasificación de Marino Pérez Álvarez, es la exposición. Es aconsejable además utilizar la Desensibilización Sistemática (Wolpe), Respiración abdominal o diafragmática y la relajación muscular aplicadas a la situación oral de comunicación y no recomendable la Inundación (Stampf), ni la Implosión (Baum) en personas que cumplen criterios diagnósticos, no porque no sean eficaces, sino porque no suelen ser aceptadas por el paciente.
Desde inspira aconsejamos incluir el entrenamiento autógeno y su formulación de propósitos en combinación con la exposición, debido a la buena sinergia encontrada en nuestros grupos de pacientes.
Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), el único «trastorno», o dimensión funcional posible lo constituye la evitación experiencial de la situación de hablar en público. En este caso concreto, tanto la Terapia Cognitiva Conductual como ACT convergen en el tratamiento fundamental (exposición), si bien es cierto que hay matices diferenciales (sobretodo en la orientación a valores) en la intervención psicoterapéutica.
Programa para superar el miedo a hablar en público
Desde Inspira Psicología diseñamos un programa formativo para facilitar una adecuada gestión de la exposición y maximizar el éxito terapéutico con los siguientes componentes: Exposición en vivo, en imaginación y autoexposición en video diaria (para facilitar la respuesta de habituación). Desensibilización Sistemática (para facilitar respuesta de sensibilización incompatible por inhibición reciproca). Respiración abdominal y relajación muscular aplicada a la situación de hablar en público. Entrenamiento en dirección de la atención. Defusión cognitiva. Moldeamiento por aproximaciones sucesivas por parte del terapeuta y Modelamiento por parte del actor de doblaje y locución respectivamente. Entrenamiento autógeno simplificado más fórmula de propósito: Hablar en público (compuesto de una fórmula de neutralización y otra de refuerzo: ambas a la vez) siguiendo las indicaciones de Schultz y Luthe, y en conexión con la Fórmula de Cué, la programación neurolingüística y la auto-sugestión hipnótica. Revisión de valores, compromiso con el cambio y pautas de generalización a la vida cotidiana.
Duración del Programa Miedo a hablar en Público
2o horas docencia en dos semanas continuas.
10 horas de auto-ejercicios con audio guías y material formativo.
6 horas de docencia y seguimiento durante 6 meses con pautas mínimas para la generalización a la vida diaria.
Si sufres este problema o estas interesado en impartir un programa formativo de similares características contacta: jmguiote@psicologiainspira.com
Juan Manuel Guiote Gregoris. Director de Psicoterapia. Centro Inspira Psicología.
Marlon Centeno
Que bello articulo que me ha abierto la posibilidad de implementación en un compañero de trabajo que tiene un problema de este tipo y le está dificultando su desempeño social a plenitud y se me ha acercado para pedirme apoyo para poder vencer este miedo. Gracias por ser tan específico en las técnicas y tratamientos, pues es una buena pauta la que se obtiene de este excelente artículo…