Septiembre es el mes del Cambio Consciente

6 - septiembre - 2016 | blog inspira

En Septiembre el calendario se pone a cero como si de una nueva oportunidad se tratara.

Haz la prueba: para  y contempla dónde estás ahora y hacia dónde quieres dirigirte el próximo año. ¿Podrías aprovechar el viento a favor que te regala el principio de curso para actuar de una forma distinta respecto a esos asuntos pendientes que llevas algún tiempo desatendiendo?

Las rutinas y ritmos habituales a los que volvemos pueden ser tediosos, pero también nos ordenan. La planificación de una nueva etapa, la necesidad de continuar con nuestro rumbo y proyecto de vida se impone, a modo de tabla de salvación que nos regula, nos da sentido y hace de motor para ponernos en marcha de nuevo. Volver al trabajo o no tener tanto tiempo libre para nosotros no tendría que significar abandonar nuevas ideas o proyectos de cambio o retomar ciertos hábitos descuidados en los últimos meses.

 

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Pero, ¿qué sabemos sobre los procesos de cambio?

Si respondiéramos a esta cuestión desde el punto de vista de la psicología clásica empezaríamos por la gran palabra mágica: la motivación, esa deseada fuerza que esperamos nos ilumine para iniciar el cambio,  eso que nos haga “tener ganas” de una vez por todas. Pero seguro que ya sabes por experiencia propia que, desgraciadamente, son muchas veces las que nos quedamos esperándola. No podemos confiar en la motivación como condición única e indispensable para iniciar un cierto cambio…demasiadas veces no aparece. ¿Cuánto tiempo llevas dándole vueltas a hacer aquello que siempre quisiste?, ¿cuánto tiempo llevas queriendo dejar de hacer aquello otro?, ¿cuánto tiempo llevas encontrando motivos para no hacerlo? ¿Cuántos Septiembres has dejado pasar sin ponerte manos a la obra?

Podría ser este otro artículo con incontables opiniones de renombrados autores sobre los procesos de cambio, pero sé que lees esto para encontrar algún consejo eficaz y directo, así que trataré de resumirte, en una sola línea, la que posiblemente sea la idea más útil para abordar un cambio consciente: EMPIEZA A ACTUAR. Son tus acciones las que van a determinar que finalmente algo cambie en tu vida. No serán tanto tus ganas, o tus razones, o tus ideas y motivos, o tus deseos los únicos que por sí mismos consigan que tu vida te guste más sino tu comportamiento, tu conducta, tus elecciones,  lo que haces por acercarte a ese aspecto de tu vida que quieres que cambie. Por lo tanto, empieza haciendo algo, por pequeño que sea y observa qué pasa, puede que eso que entiendes por motivación aparezca después, como por arte de magia…

Imagina que llevas meses queriendo abandonar una adicción al tabaco, no paras de pensarlo, sabes que te está perjudicando, conoces datos que asustan, estás “convencido” pero no haces nada distinto y continúas fumando cada día. Bien, no habrás dejado de fumar solo con estar convencido, tendrás que dar un paso en otra dirección si quieres dejar de fumar y no bastará con pensarlo y poner una fecha futura (¿que nunca llega?), en algún momento tendrás que actuar haciendo algo distinto, sí o sí. ¿Conoces a alguien que haya dejado de fumar sin haber empezado a dejar de fumar?. Si quieres resultados distintos, no queda más remedio que hacer algo distinto.

Para algunos actuar hacia el cambio es simplemente dejar de fumar de forma sistemática en cada uno de los momentos que fumarían un cigarrillo (¡bien por ellos!), para otros dar un paso en otra dirección quizás sea ponerse en tratamiento para conseguirlo con ayuda de nuevas técnicas que le hagan sobrellevar mejor las sensaciones de abstinencia. En ambos casos, lo que ha marcado una diferencia real entre pensarlo y conseguirlo es un conjunto de acciones (y persistir en ellas). No ha bastado el simple deseo de querer hacerlo.

Puedes adaptar este ejemplo a muchos otros contextos. Algunas de las situaciones que implican un cambio  que con más frecuencia aparecen en consulta son cultivar la salud haciendo más ejercicio o mejorando la alimentación, cambiar la forma de relacionarse con los demás, encontrar pareja, solucionar conflictos familiares, mejorar la salud, superar una ruptura, mejorar las relaciones familiar, superar miedos y complejos para emprender nuevos proyectos personales, retomar los estudios, mejorar las técnicas de estudio, abandonar una adicción, mejorar la relación con los hijos, aprender a gestionar la ansiedad o el estrés, cambiar de trabajo, etc…

No olvides que tu conducta es el reflejo de tus propósitos, con independencia de lo que tu mente pueda estar contándote. No serán las promesas de futuro las que hagan que tu vida se ponga en orden, sería mucho más útil para ti emprender una acción o conjunto de acciones  desde ya, aquí y ahora. ¿Podrías iniciar un cambio hoy?, ¿qué tendrías que hacer para dar un paso en otra dirección?, ¿qué obstáculos pueden aparecer en el camino que tendrías que afrontar?. El cambio no es el resultado final al que llegamos de repente sino cada paso que seas capaz de dar, desde este momento, en otra dirección, y así un paso tras otro, hagas un nuevo camino. Eliges un camino con lo que conlleva andarlo. Y merece la pena.

Murray, escalador escocés, tras reservar un billete para viajar a Bombay en 1951, escribió esto ,…”respecto a los actos de iniciativa y creación existe una verdad primordial cuya ignorancia mata innumerables ideas y planes magníficos: que en el momento que uno se compromete consigo mismo definitivamente, la providencia también empieza a actuar. Toda una corriente de acontecimientos surge de la decisión, poniendo a favor de uno todo tipo de sucesos inesperados, encuentros y ayuda material que uno jamás habría imaginado que pudieran venir de esa manera. Yo he desarrollado un profundo respeto por un verso de Goethe: todo cuanto puedas hacer o sueñes que puedes, empieza. La audacia entraña genio, poder y magia”

En terapia trabajamos en colaboración con los pacientes para que se desarrollen planes de acción acordes a sus valores. Vemos qué barreras van a surgir de forma inevitable y las abordamos mediante estrategias de aceptación propias de modelos terapéuticos de Tercera Generación (Terapia de Aceptación y Compromiso, Mindfulness y Psicoterapia Analítico Funcional, entre otras) y a través de otras técnicas conductuales y cognitivas tradicionales         (como la Terapia Cognitivo Conductual).

 

 

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Esperamos que la lectura de este artículo te haya inspirado de alguna manera  para que pongas en marcha esos pasos hacia el cambio o mejores ciertas cuestiones de tu vida, pero si aun así crees que podemos ser de ayuda para guiarte en el proceso, puedes contar con nosotros.

¡Buen Septiembre!
Helena Colodro.

Psicóloga especialista en Terapias de Tercera Generación y Mindfulness

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